La motivación es el motor que nos mueve y empuja a plantearnos nuevas metas, pero no es una fuente inagotable, por lo que es habitual que se vaya extinguiendo conforme pasan las semanas. Sin embargo, la motivación psicológica para bajar de peso es esencial para tener éxito, como comprobaron investigadores del Hospital Universitario Karolinska. Cuando falla, cualquier dieta o plan de entrenamiento está condenado al fracaso.
¿Cómo potenciar la motivación psicológica para bajar de peso?
Si ir al gimnasio se te hace cada vez más cuesta arriba y seguir la dieta comienza a parecer una misión imposible, quizá sea hora de hacer un alto, reconocer que “no tengo motivación para bajar de peso” y realizar algunos cambios. Adelgazar y seguir un estilo de vida saludable requiere constancia y fuerza de voluntad, por lo que es fundamental que recuperes la ilusión.
- Paso a paso, plantéate metas realistas
La paciencia es fundamental para no desesperarse y tirar la toalla. Cuando te planteas objetivos demasiado ambiciosos y alimentas expectativas poco realistas, es probable que te frustres o desanimes si no los logras tan rápido como pensabas. En su lugar, es mejor que te propongas metas objetivas, medibles y alcanzables que puedas cumplir dando pequeños pasos. Así podrás sentir que estás avanzando, aunque sea lentamente, y no añadirás una presión innecesaria a tu día a día.
- Relájate a lo largo del camino
El estrés, la frustración y la ansiedad son los principales enemigos de la dieta. Esas emociones no solo desencadenan el hambre emocional, sino que aumentan la propensión a elegir alimentos más calóricos e incluso pueden inducir cambios metabólicos que promueven la acumulación de grasa corporal. De hecho, un experimento realizado en la Universidad de Atenas comprobó que mantener bajo control el estrés facilita la pérdida de peso. Practicar yoga, ejercicios de respiración o mindfulness te permitirá liberar las tensiones cotidianas y desarrollar la actitud mental adecuada para conseguir tus objetivos.
- Elije una dieta saludable y viable a largo plazo
Si no quieres perder la motivación para bajar de peso, será mejor que elijas una dieta que puedas seguir con el tiempo. Los regímenes demasiado restrictivos suelen causar un efecto rebote y generan una gran ansiedad al obligarte a estar pendiente constantemente de las calorías. Lo ideal es que escojas una dieta saludable, equilibrada y variada que puedas mantener a lo largo del tiempo sin estresarte. Planificar tu menú semanal también te ayudará a evitar las tentaciones e introducir novedad para que no te aburras.
- Incorpora en tu rutina un deporte que disfrutes
La pérdida de peso se produce cuando quemas más calorías de las que ingieres. Por tanto, es mejor que te plantees acompañar la dieta con un régimen de entrenamiento que te ayude a quemar calorías adicionales y mantenerte en forma. Elige ejercicios que se ajusten a tu capacidad física y que disfrutes. Atrévete a probar diferentes modalidades, desde el crossfit hasta el senderismo o el spinning, hasta que encuentres lo que te resulte más divertido y motivante.
- Celebra cada logro
La mejor estrategia para llenar el “tanque de combustible” de la motivación es celebrar cada pequeña meta. Ese reforzamiento positivo te empoderará y mantendrá en el buen camino. Pero no te obsesiones con el número que marca la báscula, también puedes celebrar otros objetivos, como haber realizado todas las sesiones de gimnasio que habías planificado. Intenta que el premio no esté relacionado con la comida, podría ser un pequeño capricho o algo que disfrutes.
- Comparte tus metas con otras personas
Si cuentas con apoyo social, será más fácil mantener la motivación psicológica para perder peso. Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte constataron que es más probable que alcancemos nuestros objetivos cuando hacemos público ese compromiso. Por consiguiente, no dudes en hacer partícipe a tu familia, animar a un amigo que se sume a tu proyecto para que os apoyéis y deis ánimo o integrarte en un grupo que comparta tus mismas metas.
Por último, recuerda que la pérdida de peso no es un proceso lineal, sino que suele estar marcado por altibajos y pasos en falso. Prepárate psicológicamente para lidiar con esos días en los que no tendrás ganas de ir al gimnasio, la tentación llame a tu puerta o compruebes al subirte a la báscula que no has perdido tanto peso como esperabas. No te obsesiones con la perfección, trátate con amabilidad y recuérdate las razones que te motivaron a querer adelgazar.