La pandemia nos obligó a quedarnos en casa, mirar más series de las que hubiésemos querido y descubrir el arte de hacer pan. Pero también nos animó a practicar yoga o levantar pesas en el salón y cuando por fin las puertas se abrieron, muchos cambiaron la comodidad del sofá por el gimnasio. Tras meses de incertidumbre y restricciones, el deporte se convirtió en una herramienta para volver a poner en forma el cuerpo y la mente.
¿Cómo una crisis global nos motivó a practicar más ejercicio?
El coronavirus nos hizo comprender que la salud no es negociable, por lo que la actividad física dejó de ser un lujo o un pasatiempo y ha pasado a convertirse en una prioridad para muchas personas.
Muestra de ello es que en 2022 los alrededor de 4.000 gimnasios que operaban en España contaron con aproximadamente 5,5 millones de socios, un incremento de más de medio millón con respecto al año previo.
Obviamente, el número de personas que practica deporte, ya sea de forma regular u ocasional, es aún mayor. La Encuesta de Hábitos Deportivos señaló que aproximadamente 6 de cada 10 españoles mayores de 15 años realizó alguna actividad deportiva en 2022, lo que representa un incremento de 3,8 puntos porcentuales en comparación con la etapa pre-COVID-19.
Home fitness, una tendencia que llegó para quedarse
Los espacios abiertos y gratuitos siguen siendo el lugar preferido para practicar ejercicio, pero el home fitnees también ha ganado terreno. Durante muchos días de 2020, solo se podía hacer ejercicio en casa, por lo que ese año el 36,3% de la población que realizaba alguna actividad física siguió con su rutina de entrenamiento en su hogar, según indicó el Ministerio de Cultura y Deporte.
Tras el confinamiento y a medida que se fue recuperando la normalidad, esa cifra récord fue disminuyendo, pero en 2022 un 27,4% de la población todavía seguía haciendo deporte en casa, una cantidad muy superior al 19,4% de 2015.
Durante la pandemia, muchos descubrieron que el home fitness era una solución práctica que combina flexibilidad y accesibilidad, elimina la necesidad de desplazarse y se adapta fácilmente a los horarios personales. Además, con el auge de las plataformas digitales y las clases en línea es posible acceder a una enorme variedad de rutinas y deportes, desde yoga hasta entrenamientos de alta intensidad o de fuerza.
Deporte y pandemia: las lecciones que transformaron la actividad física para siempre
La pandemia evidenció nuestra vulnerabilidad y nos recordó que estar en forma puede marcar una gran diferencia en cómo nuestro cuerpo enfrenta las amenazas externas, de manera que muchas personas comprendieron que el deporte no es solo una cuestión estética, sino una inversión en bienestar y una herramienta para reforzar su sistema inmunológico. Salir a correr, inscribirse en clases de spinning o levantar pesas se transformó en un gesto de autocuidado.
Durante los meses de aislamiento también quedó claro que era necesario cuidar la salud mental. Los niveles de estrés, ansiedad, depresión e insomnio se dispararon, por lo que para muchos el deporte se convirtió en un antídoto natural para combatir esos días grises y mejorar su estado de ánimo.
Por otro lado, el contacto con la naturaleza cobró un nuevo significado. En medio de las restricciones se popularizó la práctica de actividades al aire libre como el senderismo, el running y el ciclismo, no solo para “escapar” del confinamiento, sino como una vía para mejorar la calidad de vida.
Debido a ese cambio de mentalidad, el deporte después de la pandemia ha adquirido un papel más relevante en nuestras vidas. Comprender que no podemos relegar el autocuidado a un segundo plano nos ha empujado a priorizar una actividad que antes considerábamos secundaria. Así el ejercicio se ha transformado en un hábito diario para proteger nuestra salud de forma integral.